viernes, 23 de enero de 2015

Clásicamente en las aulas se ha puesto énfasis en una modalidad
de enseñanza lógico-verbal, lo cual facilita predominantemente la
activación del hemisferio cerebral izquierdo. De manera general,
una buena forma de estimulación y desarrollo del hemisferio
contralateral podría ser mediante la presentación del material a aprender en una modalidad
no verbal, gráfica, visual o analógica. En este sentido, serían eficaces estrategias de
enseñanza la utilización de la imaginación, la metáfora, la experiencia de primera mano:
directa o vivencial; el arte, la música y la apelación a los cinco canales sensoriales propios
del ser humano; mas allá de la vista y el oído tradicionalmente priorizados. Se propone,
siempre que sea posible, la incorporación del tacto, gusto y olfato; múltiples entradas que
doten de significado al aprendizaje y lo conviertan en un acto vivencial que potencie los
procesos de fijación de la memoria.
Asimismo, es también importante que el alumno pueda integrar las partes en un todo, de
forma de acceder a la posibilidad de una comprensión holística del contenido, asociando
diferentes materias o asignaturas dentro de un esquema conceptual mayor.
Tomando aquí nuevamente las principales características del hemisferio cerebral derecho
anteriormente expuestas, Se postula ahora algunos lineamientos generales para una
aplicación práctica en los procesos de enseñanza y aprendizaje:
Trabaja en una modalidad simultánea o paralela. Por ejemplo, cuando un alumno lee un libro o un manual sobre el antiguo imperio romano, se activa el  hemisferio cerebral izquierdo gracias a su modalidad lógico-verbal, lo que implica un menor procesamiento de información en una unidad de tiempo en comparación, como se dijo anteriormente, al hemisferio contralateral. Proveer al alumno de
experiencias sensoriales enriquecidas favorece la activación del hemisferio cerebral derecho, que posee la ventaja adicional de procesar una mayor cantidad de ítems en
forma simultánea a través de múltiples canales sensoriales. En este sentido, la
utilización de videos podría representar sin duda una ganancia adicional. Dicho
coloquialmente, insume mucho menos tiempo ver una película que leer el guión de
la misma.
Es holístico y global. Se presume un error pedagógico presentar materias o
asignaturas de forma aislada o inconexa, o desconectada. Por
ejemplo, la historia argentina contemporánea podría ser
enseñada asociada o inserta dentro de un marco mayor o
global de la historia universal. Promoviendo un mejor
entendimiento de los diferentes acontecimientos locales
entrelazados y en interacción dinámica con el resto de los sucesos mundiales.
Siguiendo con el ejemplo anterior, la enseñanza de la historia del antiguo imperio romano, se podría emparejar y conectar con asignaturas como geografía, ciencias
sociales, filosofía, derecho, legislación fiscal, educación e instrucción cívica, etc.
• Sigue una lógica analógica. Este punto implica la trasmisión de conceptos mas o menos complejos o abstractos apelando a la metáfora y a todas las formas de  imágenes visuales. Dicho en otras palabras, se sugiere ilustrar lo que se enseña, mas
allá de las palabras, en un formato acorde o atractivo a los intereses artísticos del alumno. Por ejemplo, se podrían desarrollar comics o historietas sobre la campaña de Napoleón en Europa, exhibir películas británicas con y sin subtitulado para uncorrecto modelado de la fonética inglesa, crear videos multisensoriales que simulen la trasmisión de impulsos nerviosos entre neuronas en biología, videojuegos
interactivos con ejercicios prácticos de física, juegos de rol para la resolución de problemas, etc.
Permite la comprensión de los hechos a través de la vivencia. El cerebro humano en tanto órgano plástico, permeable, experimenta cambios físicos reales de manera  constante y como consecuencia de una permanente interacción con el medio ambiente. Las experiencias de vida esculpen literalmente el cerebro propiciando el desarrollo y crecimiento
del árbol dendrítico entre las neuronas, que son las células cerebrales implicadas en todos los procesos cognitivos y pilares y sustrato biológico del aprendizaje.
Las diferentes vivencias a las que nos enfrentamos cotidianamente promueven la
creación de redes neurales nuevas y refuerzan circuitos neurales pre-existentes. La arquitectura del cerebro de un niño o adolescente en desarrollo cambia permanentemente; se establecen nuevas conexiones entre las neuronas de la corteza prefrontal, que es la parte pensante del cerebro, cuando existe la posibilidad de
interacción con un medio ambiente rico y variado en estímulos.
Un aprendizaje basado en la vivencia directa o de “primera
mano” que trascienda la limitada capacidad pedagógica de un
libro de texto o una clase oral del profesor, es imprescindible
para el desarrollo de la inteligencia práctica y compatible con
los conocimientos actuales sobre el funcionamiento del cerebro
humano. Se ilustra lo hasta aquí expuesto con algunos ejemplos orientados en este sentido: la utilización de huesos reales o modelos en una clase de anatomía, que los alumnos puedan ver y tocar, y superponer en su propio cuerpo, es un valor agregado decisivo que supera la mera lectura sobre estructura ósea en un libro de texto.
Asimismo, experimentos reales en un laboratorio de ciencias para asignaturas como  física o química, una visita a una laguna o bosque que sortee las paredes del aula en materias como geografía o biología, etc.
Resulta curioso que mientras en asignaturas como educación física o natación se le exige al alumno la lectura de material teórico (por ejemplo, sobre estilos de natación) articulado de manera simbiótica a la práctica (es decir, se entrena al
alumno en una pileta de natación); por el contrario en otras materias como derecho se aspira a que el alumno aprenda artículos y leyes que pueda recitar luego de memoria, sin que se realicen prácticas o simulación de presentación o defensa de
casos. Así como un bebé que empieza a dar sus primeros pasos se lanza a descubrir el mundo a través de la exploración, es deseable fomentar la práctica en las aulas con material didáctico, o fuera de ellas en un ambiente natural, aspectos esenciales para una aprendizaje duradero que no son contemplados prácticamente en ningún programa educativo actual.
• Sus circuitos neurales se construyen a través de la afectividad primaria. El sistema atencional, pilar fundamental sobre el que se apoya todo aprendizaje, con asiento anatómico en la corteza prefrontal del cerebro, se encuentra conectado por una densa carretera de fibras nerviosas con estructuras del sistema límbico como el cíngulo anterior y la amígdala, responsables de la motivación, el libre albedrío, y el procesamiento del componente emocional de los estímulos. De lo hasta aquí expuesto, se desprende que atención y emoción son dos aspectos de la cognición en permanente interacción. Dicho de otra manera, es el estado de ánimo, el humor y las emociones quienes comandan la atención.
Un clima emocional positivo dentro del aula entre compañeros de clase y profesor puede
erigirse entonces como uno de los mayores facilitadotes para el aprendizaje del alumno.
Este clima de emotividad positiva debería edificarse sobre relaciones de confianza y respeto dentro de un ambiente seguro y predecible para todos; y en un sistema de normas y reglas claro, predeterminado y estipulado por consenso entre todos los interesados, que minimice la posibilidad de emergencia de conflictos, luchas de poder, y en consecuencia, estrés
sostenido, un tóxico que envenena todo proceso de aprendizaje eficaz.
La solidaridad, el cuidado mutuo, el trabajo en equipo donde todos ganan o todos pierden son estrategias que promueven el sosiego necesario dentro del aula que abona el camino
para la permeabilidad cerebral y receptividad del alumno.
Por el contrario, las llamadas hormonas del estrés, como la noradrenalina y el cortisol, que segrega el cerebro en respuesta a situaciones de adversidad o sobrecarga tensional, afectan
los procesos de consolidación de la memoria y bloquean la corteza prefrontal, impidiendo dirigir y focalizar la atención hacia las experiencias de aprendizaje, alterando la capacidad de
resolución inteligente de problemas y enturbiando notablemente habilidades esenciales para la toma de decisiones.
Es responsable de los procesos creativos y el arte en general. En este sentido, es posible crear experiencias de aprendizaje compatibles con la modalidad de funcionamiento del hemisferio cerebral derecho, mediante la simulación o representación actoral de sucesos históricos, el dibujo, la educación plástica, la música e incluso la lengua y las letras, con el desarrollo de novelas cuya trama aparezca enmarcada dentro de un contexto socio-histórico específico que se pretende enseñar, o cuentos y fábulas que ilustren o metaforicen
contenidos abstractos, etc. 

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